La casa se encuentra rodeada por diez hectáreas de parque, un arroyo, corrales de piedra, la huerta y una pileta casi olímpica, donde en cada atardecer se disfruta de la vista al valle y a las sierras.

Abrimos nuestras tranqueras para ofrecerles nuestra cálida sencillez, para que puedan conocer como se vive y se disfruta de un campo en las sierras, sus colores, sus cielos despejados y su gente de acento cerrado, sus picardías, y sus caballos.